Consejos para la estancia en Estambul

•Para moverse con agilidad en una ciudad grande y con un trazado tan complicado como Estambul, es recomendable llevar siempre un mapa en el bolsillo. Fuera de las zonas turísticas hay pocos turcos que hablen inglés. Por ello, conviene poner los medios para no quedarse a merced de los desconocidos.

•El viajero español que se acerque a Turquía está de suerte. Tenemos una imagen excelente frente a los turcos. Ellos conocen a nuestros futbolistas e incluso algunos de los tópicos más curiosos. En las zonas turísticas, es habitual encontrar gente que hable un poquito de español y que entable conversación con el turista nada más conocerle.

•A la hora de hacerse con liras turcas (YTL), aconsejamos que vayáis a las casas de cambio que están diseminadas por la zona turística y por la calle Istiklal. Cobran menos comisión que las oficinas de aeropuertos y bancos. No habrá problemas para cambiar euros por YTL y viceversa.

•Uno de los planes casi obligatorios del viajero que acude a Turquía es acudir al hamam o baño turco. Los de Çemberlitas (www.cemberlitashamami.com.tr) y Cagaloglu (www.cagalogluhamami.com.tr) ofrecen garantías de un buen servicio. Tienen zonas separadas para hombres y mujeres y los más pudorosos pueden llevarse el bañador. Todo el mundo suele preocuparse por la higiene de estos lugares, pero no conozco a nadie que haya tenido problemas en ninguno de estos dos establecimientos. De todas formas, hay que tener en cuenta de que es un plan para turistas. Los turcos hace muchos años que se pusieron el cuarto de baño en casa y dejaron de ir al hamam.

•Como en el resto de lugares de Europa y como en otros muchos países del mundo, las comidas se adelantan al horario español. El almuerzo tiene lugar entre las 12.30 y la 13.30. La cena, a partir de las 20.00 horas.

•La mayoría de los turcos profesan la fe de Mahoma, pero al mismo tiempo su cultura es tremendamente abierta. Viajar a este país en Ramadán, el mes de ayuno de los musulmanes, dará al turista la oportunidad de romper el ayuno al estilo turco. El Ramadán para los turcos significa fiesta, alegría, tiempo de disfrutar con la familia, los amigos y los compañeros del trabajo… Los restaurantes ofrecen menús especiales de Ramadán, que permitirán participar de una tradición muy muy especial.

•Otro de los planes que nos aproximarán a la cultura turca será ver un partido de fútbol. Estambul tiene tres equipos de fútbol: Galatasaray, Besiktas y Fenerbahçe. La afición se vive con intensidad y la asistencia a partido, no aconsejamos los derbis debido a las carencias en materia de seguridad, permitirá comprobarlo. Los estadios del Besiktas (orilla europea) y del Fenerbahçe (orilla asiática) estaban bastante cerca del centro de la ciudad.

•Los turcos son gente afable, pero algunas veces bastante conservadora. Los jóvenes se diferencian poco de sus colegas de otros países de Europa: la mayoría de las chicas no llevan hiyab (pañuelo sobre la cabeza), imperan los vaqueros y abunda el maquillaje. Sin embargo, cuando se abandona la parte histórica, un look demasiado atrevido (pantalón muy corto y camisetas de tirantes) llamará la atención de las personas de mayor edad.

•Lamentablemente, la gente que vive del turismo en Turquía se ha acostumbrado a que los turistas tengan unos ingresos mucho más elevados que los turcos. Hace quince años esto era cierto, pero últimamente el nivel de vida de Estambul se ha aproximado bastante al de otras capitales europeas. Por ello, conviene revisar siempre las cuentas en los restaurantes (infladas habitualmente con gastos que no se han realizado) y las vueltas de la compra. También debemos abrir bien los ojos cuando usemos un taxi, ya que hay mil y un trucos para cobrar de más al viajero.

•Los timos dirigidos a turistas también están a la orden del día. Los limpiabotas, que por cierto son una bonita estampa de la ciudad, suelen recoger los trastos cuando ven pasar a un turista despistado. Delante de ellos dejan caer casualmente un cepillo y, cuando el turista se lo entrega con la mejor intención, el limpiabotas se ofrece a limpiarle los zapatos. Al acabar, le reclama al turista diez o doce liras.

•También deberán prestar atención los turistas que quieran hacer el crucero que recorre el Estrecho del Bósforo. El viajero debe acudir directamente a la taquilla del muelle que lleva el nombre de Bogazici Iskelesi y comprar su billete en la ventanilla. En las cercanías del muelle, algunas personas intentarán convencer al turista de que haga el trayecto en otro barco. El precio de estos viajes privados alternativos será más caro. La duración del viaje es menor y no se llega a ningún destino, sino que después de una hora de viaje se vuelve al mismo lugar.