Las compras forman parte de la visita a Estambul como un monumento más, en parte debido a que los lugares para ir de compras ocupan recintos históricos. A esto se añadía hace algunos años que Turquía era un país donde se podían encontrar gangas impresionantes. Sin embargo, el país ha evolucionado mucho en los últimos años y su nivel de vida se aproxima a velocidad de vértigo a la de algunos miembros de la Unión Europea. Por ello, conviene precisar que, aunque hace diez o quince años los viajeros volvían cargados de regalos de Estambul, los precios han subido mucho en el transcurso de la última década y ya no se encuentran ofertas tan ventajosas.
Comprar en Estambul requiere pericia por parte del turista. Lanzarse a adquirir una alfombra sin comparar precios, sin regatear y sin haber estudiado un poco la calidad del producto puede repercutir en una mala elección. A partir de esta aclaración, esperamos que los siguientes consejos os ayuden a conseguir vuestros obsequios.
LUGARES DE COMPRAS
El Gran Bazar (Kapali Çarsi) y el Bazar de las Especias o Bazar Egipcio (Misir Çarsisi) constituyen el símbolo de una ciudad que ha vivido del comercio desde los inicios de la Historia. A estos lugares, podemos añadir el mercado de fin de semana de Ortaköy y algunas galerías perpendiculares a la calle Istiklal.
En el Gran Bazar se venden artículos de piel, joyas (oro, plata, piedras preciosas y semipreciosas), especias, pasminas y fulares, dulces, lámparas, productos textiles para el hogar (alfombras, cojines y manteles hechos a mano), antigüedades, falsificaciones de artículos de marca como camisetas, bolsos y zapatillas,… Los productos del Gran Bazar destacan por su elevado precio. Sólo deben realizarse compras caras si se conoce bien el producto que se está comprando y se sabe a ciencia cierta que el precio es justo. Tened cuidado con las antigüedades. Las leyes turcas obligan a portar determinados certificados si quieren sacarse del país.
El Misir Çarsisi es algo más modesto que el Gran Bazar y, por este motivo, está menos aglomerado. Pueden encontrarse a algunos artículos a buenos precios, como las pasminas, cojines, manteles y sábanas bordados a mano. Especias e infusiones, así como dulces típicos, completan su oferta.
Si queréis haceros con un montón de baratijas y abalorios, acercaos hasta el barrio de Ortaköy. El domingo es el mejor día para visitarlo, ya que vendedores y compradores acuden en masa en este día. Los precios se adecuan a la calidad de los productos. En multitud de pasajes y de galerías que van a dar a la calle Istiklal se encuentran varias tiendas de ropa y joyerías con precios mucho más modestos de los que pueden encontrarse en las zonas turísticas.
REGATEO
En el Gran Bazar y en el Bazar de las Especias, así como multitud de establecimientos en Estambul, los precios finales de los productos resultan de una negociación entre el comprador y el vendedor. El primer intercambio de opiniones sirve sólo para darnos una idea de lo que puede costarnos y, a partir de ahí, empieza una dura batalla por el llevarte el precio más recomendable. Conviene reducir el precio al menos hasta la mitad. No demostréis nunca un interés desmedido por un artículo e incluso amenazad con marchaos cuando el precio no baje lo suficiente. Si no conseguís una oferta interesante, no os lo toméis como algo personal: el regateo es juego y en el juego a veces se pierde.
PRODUCTOS
Al entrar en cualquier casa turca, el visitante debe dejar sus zapatos junto a la puerta, ya que todos los hogares turcos están cubiertos por cuidadas alfombras. Por este motivo, Turquía ha destacado desde hace varios siglos como exportador de este producto. Particularmente, prefiero el kilim, una variedad de alfombra más pequeña que tiene motivos geométricos y colores muy vivos. Para comprar una alfombra o kilim, conviene informarse antes de ir a Turquía sobre precios y calidades.
Ocurre lo mismo con los artículos de piel. Turquía no es el país más barato para hacerse con un puf, una chaqueta o un bolso elaborado con este material. Para hacer una buena compra, debe regatearse mucho y observar con atención las características del producto. Por el contrario, en Estambul pueden comprarse joyas de oro, plata, piedras preciosas y semipreciosas a precios muy competitivos. En concreto, las joyas elaboradas a partir de turquesas, coral, amatistas o ambar cuestan muy poco en comparación con la oferta española y su diseño no desmerece el precio.
Los amantes de las grandes marcas tienen la oportunidad de llevarse en la maleta falsificaciones bastante conseguidas. Si al turista le entusiasman los dulces, en Estambul encontrará varios productos de su agrado. Los lokum o delicias turcas son golosinas de sabores, principalmente de fresa, limón, melón y frutos secos. Todas las pastelerías venden baklava: pasteles de hojaldre elaborados con frutos secos y miel.